Afincado en España durante las últimas cuatro décadas de su vida, Adolfo Schlosser (Leitersdof, Austria 1939 – Madrid, España, 2004) exploró distintas disciplinas (literatura, escultura, pintura, piezas sonoras…) y utilizó el arte para investigar el vínculo activo entre el alma y la naturaleza. La exposición presenta más de cuarenta obras fechadas entre 1973 y 2002 en las que se analiza la evolución del artista a través de una selección de instalaciones, esculturas y obra sobre papel. La práctica de Schlosser supone una reflexión poética y visual. El artista considera la naturaleza como organismo viviente y no como un medio, por lo que en sus obras hay una clara referencia a ella desde un punto de vista formal además de utilizar algas, piedras, cera natural, paja y adobe como materiales. Adolfo Schlosser. Adolfo Schlosser nace en Leitersdof, Austria en 1939. Hijo de un ceramista, estudia escultura en la Academia de Artes Aplicadas de Graz y entre 1957 y 1959 se forma en pintura en la Academia de Bellas Artes de Viena. Durante esos años sus intereses oscilan entre las artes plásticas y la literatura, llegando a producir a lo largo de su vida numerosos textos literarios. A los 19 años, tras un periodo de cuatro años en Islandia alternando labores de pescador a bordo de un ballenero con las de escritor, regresa a Viena e inicia la práctica del hörspiel (radioteatro) y a comienzos de los años 60 empieza a hacer sus primeros trabajos escultóricos. Viajando por toda Europa, en 1966 se instala en España. Una vez en Madrid entra en contacto con el ambiente artístico de la ciudad, lo que impulsó a desarrollar sus ideas e inquietudes hacia la expresión plástica. Es en este círculo madrileño donde funda la revista Humo, con Juan Navarro Baldeweg, Eva Lootz y Patricio Bulnes.

Lo más destacado de esta época es la recuperación de la escultura como forma principal de expresión. Tras sus primeras incursiones en el lenguaje geométrico, Schlosser crea un vocabulario propio estrechamente relacionado con la naturaleza. Su creciente interés por el espacio y las formas posibles gracias a la tensión de elementos le lleva a experimentar con materiales como el metacrilato y la cuerda. Sin embargo, en los años siguientes evoluciona hacia formas y materiales muy diferentes y comienza a experimentar con recursos orgánicos extraídos directamente de su entorno natural. Con ellos construye una obra sencilla, ligera y a la vez directa y contundente, en la que la dicotomía naturaleza/cultura toma forma en un juego de contrastes. En 1991 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas reconociéndose de forma oficial su contribución al impulso de nuevos planteamientos en el panorama escultórico español. La obra de Adolfo Schlosser se encuentra en numerosas colecciones públicas, como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid (MNCARS), el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA), el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) en Sevilla o el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) en Santiago de Compostela. En febrero de 2006, el Museo Reina Sofía celebró una gran exposición retrospectiva de su trabajo. Su obra está presente en diversos espacios públicos de toda España como en la Estación de RENFE en Santander, la Plaza del Centenario de San Sebastián, el Campus de la Universidad Politécnica de Valencia o el Campus de la Universidad de Torrelavega en Cantabria. Esta es la quinta exposición del artista austríaco en la galería Elvira González.

LUGAR: Galería Elvira González
FECHAS: hasta el 15 de noviembre de 2022
WEB: https://elviragonzalez.es/

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