Por: Juan Jesús Torres |
En diciembre de 2019, unas semanas antes de que en Wuhan comenzase el siglo XXI, Paul B. Preciado se plantó en la École de la Cause Freudienne de París para lanzar un manifiesto, casi definitivo, ante la sorprendida mirada de los 3.500 psicoanalistas más reputados del mundo. Yo soy el monstruo que os habla (publicado por Anagrama) es un alegato cercano a la performance, visceral y loable, para enfrentarse a toda una teoría de construcción del sujeto que se antoja ya caduca. El intento de Preciado es de una (de)construcción radical de la libertad que trasciende la mera queja. Ese monstruo transgénero se enfrenta a las bases de conformación del mundo conocido sometiendo a todo eje inamovible, o al menos a lo que él entiende como enemigo de la vigencia de lo subjetivo. Preciado se revuelve contra las bases burguesas históricas, pero también contra aquellas disciplinas, como la medicina, que parecen poseer todo rango de verdad, toda normatividad. Preciado sabe y experimenta cómo el espectro cultural (que no biológico) es el espacio de posibilidad de la realización identitaria, o lo que sea que irradie la división binaria apegada a un sexo abrumado por la cultura tardocapitalista. Preciado, con su cuerpo no binario, fue interpelado aquella tarde y no pudo finalizar su testimonio, pero ocurre que ciertas voces (sin tiempo) son módulos que no paran de resonar.
El trabajo de Helena Cabello y Ana Carceller lleva varias décadas instalado en esa inquietud. Más allá de la acción reivindicativa, el amplio espectro de posibilidades creativas de Cabello/Carceller ha ido asentando un modo de hacer que ha trascendido el dogma normativo, en este caso del trabajo del artista, para construir una red colaborativa, llena de voces subalternas, que han ido armando un recorrido creativo multidisciplinar, orbitando en torno a una narrativa queer que asume otros cuerpos y otras terminologías. Esta exposición, resultado colaborativo entre Preciado y Cabello/Carceller, es, antes de profundizar en la pieza central de la muestra, también una gran oportunidad para constatar la profunda coherencia, visual y conceptual, de una obra que se alarga en más de tres décadas. Una acción artística atravesada por “sujetos imprevistos” que conforman políticas (y poéticas) del espacio y su relación con el sexo, la historia y la cultura visual, donde el espectador se siente en la necesidad de formar parte. De alguna manera, así lo dice Preciado, ante el trabajo de Cabello/Carceller uno se siente invocado a la vez que evocado.
Cabello/Carceller y Paul B. Preciado parten, para Una voz para Erauso. Epílogo para un tiempo trans, de una anomalía. Una temporal, histórica, identitaria y anacrónica. Entre 1625 y 1628, Juan van der Hamen y León, que alcanzó cierta fama como bodegonista en pleno Siglo de Oro, retrató a doña Catalina de Erauso, la monja alférez, una joven que escapó del convento vestida de hombre, que participó en campañas de colonización por toda América, que se convirtió en un almirante reconocido, o mejor dicho, en varios. Catalina se llamó también Francisco de Loyola, Juan Arriola o Alonso Díaz Ramírez de Guzmán, entre otros muchos. Esta rareza múltiple se concentra en un retrato de época, un caloroscuro académico para su tiempo, donde Erauso sistematiza los valores masculinos de su tiempo barroco. Cabello/Carceller y Preciado encuentran en este retrato una incoherencia múltiple, que, en cierto modo, deconstruye el relato historiográfico por el que la conciencia de género es una concepción romántica. Esta complejidad, dijimos, invoca y evoca a un público obligado a replantearse los marcos representativos ya conocidos, fuerza a trazar una nueva posibilidad epistemológica enraizada en los discursos más rabiosamente contemporáneos. Erauso es, por su participación en los sangrientos procesos de colonización en América, una figura muy molesta también para la teoría queer. Y es que invocar a Catalina de Erauso, o como sea que se llamase, es también clamar a una construcción de lo masculino, apegado en tiempos de colonización y latente todavía ahora, a una violencia sistemática. Erauso debe matar para probar su condición masculina. Querer subvertir la condición, la irascible subjetividad del monstruo, tiene un precio.
La exposición es, en términos generales, una inmersión espacial en el cuadro de Juan van der Hamen y León. El eje central es, precisamente, el claroscuro. Un juego contrapositivo de representaciones al límite, al borde de la hegemonía del relato único, de la normativdiad de un cuerpo asociado a un sexo, del sujeto de la representación y, en última instancia, de un tiempo, el de la vida, o, mejor dicho, el de las vidas al margen del tiempo. El retrato de Erauso está al final de este recorrido confuso; antes una serie de obras realizadas por Cabello/Carceller en los últimos seis años contextualizan el acercamiento. Instalaciones de vídeo, como Movimientos para una instalación en solitario (2020) o Bailar, el género en disputa (2014-2015), predisponen al cuerpo a asumirse como un ente voluble, múltiple y poderosamente reivindicativo. Más allá, Archivo: Drag Modelos (todavía en proceso), reflexiona sobre las representaciones sexuales de cuerpos decididamente desplazados en figuras cinematográficas, acompañadas de información relevante sobre esa elección. Se trata de un juego de pantomima frustrada, un derrumbe del poder en una escenografía de nuevo al límite. Con Lost in Translation_ un poema performativo, una instalación de un poema y ocho canales de vídeo, resignificaron el espacio expositivo, en aquella ocasión las salas del IVAM en 2016, donde a través de una convocatoria público convirtieron el espacio en un alegato de transgresión de género. Y en cierto modo, es lo que se pretende, con la obra central de esta muestra; una obra expandida, entre lo documental, lo performativo y lo inmersivo, donde la investigación en forma de vídeos, ideaciones y desplazamientos nos prepara para la visión definitiva del cuadro barroco, ahora ya sí, suspendido en una anacronía que es la de ahora, la del tiempo subjetivo no sujeto a normativa. Las preguntas son claras: ¿quiénes son lxs Erausos de hoy? ¿qué es aquello que dicen que pretende no ser escuchado? ¿qué es lo que resuena?
Hasta: 25 de septiembre de 2022.